lunes, 5 de enero de 2015

Aviones y perchas.Segunda parte




Reiji deja la maleta a los pies de la cama y sonríe viendo a Miyu tirado en la suya.

- Haru tiene razón, aunque me encantaría darte un masaje lo mismo no es buena idea… *señala el teléfono de la habitación* -¿Quieres llamar a un masajista?-

Coge su abrigo y saca el tabaco. Se acostumbró fumar tabaco de liar al volver de USA, como olía menos fuerte su familia le dejaba fumar tranquilo, y al final liarse el cigarro le calma casi tanto como fumarlo. 

*Uf, estoy hecho polvo, ¿solo tenemos una hora? Arg, odio volar ¬¬*

Lo único bueno es que como el grupo es bastante famoso la agencia les suele poner en buenos hoteles cuando salen de Tokyo o de Japón. La habitación en la que están tiene terraza, Ueda siempre pide habitaciones con terraza para que Reiji fume ahí y no tenga una excusa para salir a la calle. La última vez que salió a fumar no volvió al hotel en toda la noche. Reiji sonríe al recordarlo. En realidad no pasó nada especial, pero Kaminari casi le arranca la cabeza y Haru le tuvo que defender. Reiji mira a Haru tumbado en la cama, se ha puesto el brazo por encima de los ojos.

*Jeh…* Mira a Miyu y le hace señas de que no diga nada. Se pone de pie y va con mucho cuidado a ponerse al lado de Haru, se agacha y le sopla justo encima de los labios. Da un salto para alejarse y se ríe.

- Cariño, no me esperes despierta, voy a fumar.

Todavía riéndose sale a la terraza y se enciende el cigarro. Una cosa que no le gusta de Japón es el poco contacto físico que hay habitualmente entre las personas. En USA vio cómo los americanos eran mucho más efusivos y le gustaba sentir el calor de la gente, pero al volver a Tokyo vio que no podía hacer lo mismo y lo echaba de menos hasta que conoció a Haru. Es raro, porque Haru con lo alto que es y con su personalidad tan responsable no parece el tipo de persona con la que puedas tener este tipo de confianzas, pero por algún motivo nunca ha sentido que estuviese fuera de lugar con Haru, siempre está cómodo a su lado. 

Da una calada y mira el paisaje inmerso en sus pensamientos. 

Gracias al grupo tiene muchas cosas y ha vivido experiencias nuevas, pero desde luego lo que más le gusta es la sensación de estar en casa cuando está con todos. Miyu es un soplo de inocencia, con Haru se siente tranquilo, en Ryu puede confiar y con Kaze puede ser él mismo siempre. Todos le aceptan tal y como es. 

*Soy un tío con suerte- sonríe mientras apaga el cigarro-. Cuando volvamos a Tokyo les invitaré a cenar*.

Entra de nuevo en la habitación y se tumba en la cama de Miyu, que sigue nervioso. Habla en voz baja para no despertar a Haru.

- Miyu, todo va a salir bien, no te preocupes- le achucha y cierra los ojos para descansar antes de que les llamen.

***********

Miyu miró el teléfono que había señalado Reiji. Negó con la cabeza repetidas veces y hundió el rostro en la almohada mientras soltaba un ahogado “no quiero”. Le daba mucho reparo enseñar su cuerpo. No es que tuviese complejo de algún tipo, porque pensaba que su cuerpo era normal, sino que era pudoroso en ese sentido. Los primeros meses de estar en el grupo, intentaba por todos los medios cambiarse de ropa a solas o que no le viesen de alguna manera (como cambiarse a la velocidad de la luz o solapar una prenda con otra). De cintura para abajo no le importaba demasiado, las piernas en sí, pero de cintura para arriba…

A base de confianza y mucha convivencia, había terminado por acostumbrarse a sus compañeros y por eso les había pedido el masaje a ellos. Pero no importaba, seguro que con estar bien estirado en la cama se le pasaba el pequeño entumecimiento. 

Observó las intenciones de Reiji y le dejó hacer con una sonrisa en los labios de complicidad. 

Cuando Reiji salió a la terraza a fumar, Miyu contempló a Haru tumbado. Estaba tumbado. Se mordió el labio inferior. Sabía que debía dejarle tranquilo pero… le apetecía tanto tumbarse encima de él…

<<Quiero…>>, gimoteó mientras se debatía internamente. Pero tanto tiempo estuvo dándole vueltas al tema, que cuando quiso darse cuenta, Reiji ya estaba de nuevo en la habitación. Soltó un profundo y largo suspiro. <<He aguantado como un campeón>>, pensó con un ramalazo de orgullo.

Y tampoco podía desquitarse con Reiji porque éste se había tumbado en su cama y de lado. Así que simplemente se giró para quedar cara a cara.

-¿Tú no estás nervioso? –preguntó en un susurro.
Se dejó achuchar y pasó su brazo entorno a Reiji para reposar abrazado a él. Lo bueno es que dormir nunca le costaba. Cayó dormido casi al instante.

Unos golpes de nudillo sonaron en la puerta de la habitación. Parecía que no habían pasado ni 5 minutos desde que cerró los ojos, pero el tiempo de relax ya había pasado.

En la puerta les esperaba Ueda y Bill. Había que trasladarse al lugar del desfile para la práctica y no volverían al hotel hasta bien entrada la madrugada, porque después del desfile oficial (que era por la noche), había un buffet para los modelos, diseñadores, prensa y famoseo. Nada mejor para entablar nuevos contactos.

**********

Haru dio un manotazo al aire al sentir a Reiji.

- Cariño, no me esperes despierta, voy a fumar.

-Mira que eres plasta - lo dijo tan bajito que solo lo pudo escuchar él.

No llegó a dormirse, rara vez podía conseguirlo, pero tener los ojos cerrados nunca venía mal, le ayudaba a descansar. 

Se sentó en la cama y vio a Reiji y Miyu tumbados, uno abrazado al otro. *...*
Decidió hacerse un té con lo que había en la habitación mientras llegaba la hora de irse.

Estaba terminando su té , mientras pensaba en sus cosas, cuando sonó la puerta. Como Reiji y Miyu seguían en la cama se encargó él de abrir. Eran Ueda y Bill. Haru les dedicó una amplia sonrisa.

- ¿Ya nos vamos? - 

Fue a por sus cosas: cartera, teléfono y gafas de sol. No necesitaban nada más. 
Cuando se dio la vuelta, para ir hacía la puerta, vio a Ueda junto a la cama donde antes estaban durmiendo Miyu y Reiji. No veía a Miyu, por lo que dedujo que estaría fuera con Bill o escondido...esperaba que fuese lo primero. Reiji seguía tumbado en la cama, Ueda le miraba con un brillo extraño en los ojos... y ya sabía cual era el motivo, llevaba en la mano una jarra con agua, la misma que había usado Haru para el té.

- Dime Reiji, ¿ Qué te gusta más, el agua fria o el agua caliente? - Ueda no le dio tiempo a responder, empezó a verter el agua sobre él, despacio, para no empapar demasiado la cama.
- Me estás haciendo perder el tiempo, tienes cinco segundos para cambiarte. - Se quedo esperando, pero no dejó la jarra, por si la tenía que volver a usar.

Haru ya había visto suficiente, al salir y pasar al lado de Ueda le agarró de un hombro.

-Como te pasas Ueda, a ver si por la tontería se nos va a poner enfermo. Os espero abajo. -

Mientras salía de la habitación se preguntaba que hubiese pasado si Ueda supiera la autentica historia del especial. Al final se había apiadado y había maquillado un poco la historia de tal forma que unos cuantos insultos y amenazas hacia Haru por correo habían servido para que Ueda se desahogara y Miyu y Reiji se librasen del castigo.

Miró el reloj. *uwaaa ya queda menos* Tenía muchas ganas de llegar de una vez, se le estaba haciendo la mañana eterna.
Mientras esperaba se quedó inmerso en su fashion-mundo paralelo ...

**********

- Dime Reiji, ¿qué te gusta más, el agua fría o el agua caliente?Reiji oye la voz de Ueda viniendo de muy lejos y de repente agua…

-¡¡Waaah!! – se incorpora de un salto y mira a su alrededor. Se encuentra con los ojos airados de Ueda.

- Me estás haciendo perder el tiempo, tienes cinco segundos para cambiarte.

…mierda, ¿se habrá enterado de lo del avión? Se pone de pie en seguida y le pide perdón a Ueda. Se cambia de camiseta y sale de la habitación a la velocidad de la luz. *Arg, el móvil* Vuelve a entrar corriendo y casi se choca con Kaminari. Coge el móvil y vuelve a salir. Cierra la puerta de la habitación y da un par de zancadas para ponerse a la altura de Bill y Miyu.

Les llevan en coche a la localización del desfile. Una vez allí un montón de gente rodea a Bill y le acosan a preguntas. Reiji coge a Miyu y se aleja para dejar más espacio a Bill. Mira a Haru: está en su paraíso particular.

Ueda se despide de ellos y alguien les lleva a un camerino enorme en el que hay varios modelos a los que están vistiendo otros diseñadores. Mientras esperan se les acercan un par de chicos a hablar con Haru y a pedirle autógrafos, al parecer es un referente de estilo para ellos; tampoco ha pasado desapercibido para otros diseñadores, que no le quitan los ojos de encima.

A Reiji le gusta este ambiente, pero no ve tías por ninguna parte. Le ha jodido la forma de despertarle de Ueda, era totalmente innecesario, y encima no hay tías. Empieza a fruncir el ceño, necesita un café.

Por fin llega Bill con un perchero enorme lleno de ropa. Saluda a otros modelos y diseñadores y se reúne con el grupo para vestirles.

*********

El ruido que hicieron al abrir la puerta y charlar, fue suficiente para que Miyu se despertase. Al principio miró un poco desorientado a los que estaban dentro de la habitación, y al cuarto en sí, pero pronto se ubicó y atendió a las exigencias del momento. Sacó del equipaje de mano que se había traído lo indispensable. Móvil, algunos caramelos y poco más.

La pequeña siesta le había sentado muy bien, pero ahora que era consciente de nuevo de lo que se avecinaba, los nervios volvieron a atenazarle el estómago. Por suerte eran más controlables que antes del vuelo.

Salió de la habitación para reunirse con Bill en el pasillo, así que no se enteró de lo que había pasado hasta que Reiji soltó la exclamación. Se asomó por el hueco de la puerta para ver qué había pasado y sonrió al ver la jarra y los aspavientos de Reiji.

El trayecto hacia el lugar del desfile, se lo pasó tomando algunas fotos de los miembros y vídeos. Se afanó por retocar alguna de ellas y ponerle añadidos como bocadillos, frases sueltas y demás. El móvil y él, parecían un único ser.

Hizo reverencias respetuosas a los organizadores del evento y al diseñador que les había solicitado. Se presentó con buenos modales y pidió que cuidasen de él. Una vez en el camerino, observó con curiosidad al resto de modelos para esa firma. A lo mejor conocía a alguno por casualidad pero no le sonó ninguna cara. De todas formas, su madre no eran tan famosa como para tener ese tipo de modelos.

Tomó asiento en uno de los sofás mientras esperaba que alguien le mandase algo. Bill había desaparecido porque tenía que encargarse de preparar a varios modelos y no sólo a ellos. Alguna vez lo vio pasar por delante del camerino y Miyu se le quedó mirando. Lucía tan profesional y seguro de sí mismo… <<Es un ejemplo a seguir>>, pensó el chico.

Los nervios no le dejaban bromear y hacer tonterías. 

La siguiente vez que vio a Bill, éste se acercaba con un perchero y con la intención de pasar al camerino. Miyu se apartó para dejarle paso.

-¿Esto es para nosotros? –preguntó señalando la ropa.

-Todo esto no. Pero… -buscó entre las perchas-, estas tres del final son lo que vais a llevar.

Las extrajo y se las fue pasando uno a uno.

-Ponéroslo vosotros y ahora os retoco los detalles. Si tenéis alguna duda de cómo se pone alguna prenda, decírmelo, ¿ok? –dijo Bill. Con el tema de las medidas no habría ningún problema porque ya se había encargado hace tiempo de pasar las medidas de cada uno al diseñador. No eran prendas echas exactamente para ellos, pero sí retocadas. Como achicar algunas zonas o viceversa.

Miyu curioseó nada más abrir la cremallera de la funda que protegía la ropa.

-¡Morado y negro! –exclamó encantado-. Eh, y plata. Me gusta –lucía una sonrisa resplandeciente. La verdad es que le hubiera dado igual con qué tipo de ropa desfilar, pero el hecho de que fuese de sus colores favoritos, le ponía de buen humor. Más de lo que siempre estaba.

Pero había algo que le impedía cambiarse en ese momento. En el camerino no estaba a solas con el grupo. Había gente desconocida. <<Debería ser como Bill, ¿no?>>, se preguntó a sí mismo. No debía dar problemas innecesarios. <<Pero…>>, miró a su alrededor preocupado.

Al final terminó por acercarse a Haru.

-Haru… -dijo para llamar su atención-. Me da cosa cambiarme aquí. Puedes, no sé, cubrirme en esa esquina –señaló una de las esquinas vacías del camerino. Si Haru se ponía delante de él tapándole, no le vería nadie. Haru era alto, seguro que le cubría bien.

*************

Cuando llegaron a la localización se dejó llevar por el ambiente y se quedó admirando sus alrededores, como un niño en una tienda de caramelos.

Una vez en el camerino volvió a centrarse para saludar y agradecer al diseñador y los organizadores el haberles ofrecido participar . Reconocía bastantes caras, de haber trabajado con ellos o de verlos en la prensa. Entre firmar autógrafos y saludar, no tuvo mucho tiempo para hablar con Reiji y Miyu, pero por lo menos la espera se le hizo corta. Ya tendrían tiempo de cotillear luego, al volver de la fiesta...la fiesta, Haru tenía ganas de ir, no solo por tener que cambiarse de ropa, las fiestas como esa significaban nuevos y jugosos contratos.

Mientras hablaba con un par de modelos vio a Bill y Miyu hablando. 

- Lo siento, pero creo que me necesitan por allí. Encantado de conoceros, espero veros luego. - Se despidió con una sonrisa. No es que le hubiese apasionado mucho la conversación con ellos, pero ser educado y amable era una obligación, además, caerle bien a la gente y que hablen bien de ti puede abrir muchas puertas o terminar de abrir las que están entreabiertas. 

-¡Morado y negro! Eh, y plata. Me gusta – 

- Ohhhhh, es genial Miyu, me encanta. A ver que me ha tocado a mí... - Abrió la funda y saco la ropa con delicadeza, como acariciándola. La examino con la mirada minuciosamente - uhhm, interesante. Gracias Bill - La ropa que le habían dado era de corte más serio que la de Miyu, y habían cambiado el morado por el azul. - Veo que lo han estudiado muy bien ajaja. -

Seguía admirando la ropa y no se dio cuenta de que Bill se fue a seguir repartiendo al resto de modelos. Dejó la ropa con cuidado encima del sofá y empezó a quitarse la suya.

- Haru… - Le llamó tan bajito que si no llega a ser él no le hubiese escuchado. Tenía una especie de detector para Miyu, lo había empezado a desarrollar el día que lo presentaron al grupo y había ido evolucionando poco a poco - Me da cosa cambiarme aquí. Puedes, no sé, cubrirme en esa esquina –señaló una de las esquinas vacías del camerino. Haru miró primero a la esquina que señalaba y luego miró a Miyu unos segundos antes de contestar. Al convivir con él se había dado cuenta de muchas cosas, sabía que se esforzaba al máximo, pero como todo el mundo, había cosas que no le gustaban hacer.

-Claro, dame un segundo.Oh! y sujeta esto por favor. - Le dio la ropa que había dejado en el sofá. Dio un par de zancadas largas y se puso junto a un grupo de modelos y ayudantes.

-Perdonad, ¿no tendréis un perchero de sobra verdad?- Hablaba en tono elevado para que Miyu pudiese ver de que iba la cosa. - Es que tenemos muchas cosas y no entra todo en el sofá, no nos han dejado nada por ese lado.- señaló con la cabeza en dirección a Miyu para que le viesen sujetando la ropa.- ¡ah! ¿Podría llevarme este prestado? - Sonrió mientras agarraba el perchero de un lado. Estaba medio vacío y Haru podía ver detrás de ellos uno que estaba lleno...pero confiaba en la amabilidad del más débil.

-¿No os han dejado uno? ehh, bueno claro que puedes llev-

-¡Muchísimas gracias! - Arrastró el perchero antes de que el ayudante terminara, no necesitaba más información y tenía algo de prisa. 

-Ya estoy, ponte aquí detrás. Yo me cambio delante de todas formas para taparte un poco más. - Colocó el perchero de tal forma que formaba una U con la pared y empezó a cambiarse en el único punto en el que podrían ver a Miyu.

*Así todos contentos. Además ya tenemos sitio para que no se arrugue nuestra ropa.*


************


Reiji se cambia rápidamente y pone su ropa en el perchero para ayudar a tapar a Miyu un poco más. Se acerca a Bill para que le haga los retoques necesarios. Ha participado como modelo para Bill en otras ocasiones y sabe que le gusta que todo quede perfecto. Bill le desarregla un poco la parte de arriba para que se vea algo más casual, y hace un par de notas en un cuadernito sobre el peinado que debería llevar Reiji durante el desfile. Cuando termina, Bill se dirige a Haru y Miyu para hacer lo mismo. Reiji se sienta en una silla a esperar.

- ¿Cómo va todo?

Ueda se le acerca con la chaqueta colgando del brazo.

-Lento- Reiji todavía está mosqueado con Ueda, a veces no sabe dónde está el límite entre ser estricto y ser desagradable.

Levanta la cabeza y le mira serio.

- Bill está con Miyu y Haru, he oído que Bill será el primero en el desfile. ¿Qué tenemos que hacer después?

- Os van a hacer una entrevista en el hotel y luego ya os vais a la fiesta- le informa Ueda sentándose a su lado y dejando la chaqueta sobre las piernas-. Acabo de hablar con el jefe, contactó con una revista de Osaka ayer y me acaba de comentar lo de la entrevista.

Nota que Ueda está irritado, no le gustan los cambios de última hora.

- Y tú- se gira hacia Reiji con el ceño fruncido-, más te vale comportarte en la fiesta.

Reiji se apoya en el respaldo de la silla sin dejar de mirar a Ueda a los ojos. Está un poco hasta las narices de la niñera desagradable. Intenta respirar hondo para no contestarle mal.

-Reiji, ya estamos listos- dice Bill pasando delante de él seguido por Haru, Miyu y otros modelos en dirección a la puerta.

Sin apartar los ojos de los de Ueda se levanta irritado. Antes de empezar a andar le dice por lo bajo:

- …ya veremos lo que hago en la fiesta.

En la pasarela Bill les da indicaciones a todo, tampoco parece muy diferente a otros desfiles. Es una pasarela bastante normal, pero durante el desfile el suelo estará casi a oscuras porque van a centrar la atención en la parte superior del cuerpo, así que Bill les pide que caminen de una manera determinada y les da el orden de entrada. Hacen un par de ensayos rápidos para estar seguros y vuelven a cambiarse al vestuario.

**************

Le dedicó una sonrisa resplandeciente a Haru y luego se quedó a la espera de cotillear el resto de ropa que les había tocado a los demás.

-¿Y luego nos la van a regalar? –preguntó a Bill con todo el morro. Éste le sonrió y negó con la cabeza. Parecía que iba a añadir algo más, pero le reclamaban por otros lares.

Miyu hizo caso a la petición de Haru y luego, después de darle las gracias fervientemente, se escondió detrás del perchero para cambiarse de ropa a la velocidad de la luz. No fuera a ser que reclamasen el perchero o sucediese algo y… no quería mostrarse en paños menores.

Al parecer Bill comunicó a las cámaras que esperaban fuera del camerino, que todos los de dentro ya estaban vestidos, puesto que entraron al poco. Miyu se dejaba hacer por Bill mientras miraba de vez en cuando a la cámara que tenía más cerca y hacia muecas graciosas. Señaló la ropa que llevaba encima e hizo la “v” con los dedos, al mismo tiempo que ponía cara de felicidad, como diciendo que le encantaba la ropa.

-Ueda, Ueda –dijo para llamarle la atención al mánager. Se estiró la prenda de arriba y giró una vez sobre sí mismo para mostrar la ropa que llevaba. De vez en cuando hacia cosas así para dar a entender que se portaba bien y hacía las cosas correctamente. No era ningún pelota pero le gustaba que le confirmase que cumplía con su deber. Al fin y al cabo, siempre había tenido bastante ausente la figura paterna.

-Reiji, ¿tú vas a…? –comenzó a decir justo antes de hacer el primer desfile de ensayo-, ¿sonreír? –fue bajando el tono de voz. <<No va a sonreír>>, pensó. Reiji era un tipo duro y no se lo imaginaba luciendo sonrisa profident allí arriba.

Echó un vistazo a Haru. No, quizá él tampoco. <<¿ Y yo? ¿Tengo que sonreír?>>.

Se fijó en todos y cada uno de los modelos y se los veía muy serios. <<Entonces, yo tampoco sonrío>>. Y eso fue lo que hizo. Desfiló concentrado, sintiendo su cuerpo y controlándolo a cada paso que daba. Miró a un punto fijo del horizonte a pesar de los focos.

El ensayo fue todo lo bien que podía ir. Le pareció bastante soso en comparación a los que hacía su madre, claro que eran dos mundos totalmente distintos. Aquel era un desfile lleno de madurez y carisma.

De vuelta en el camerino, Miyu no hace el intento de volver a cambiarse de ropa. Pregunta a Bill si es posible quedarse con la que iban a desfilar y mientras no la estropee, le da vía libre.

-¡Eh, eh! –exclamó para llamar la atención de alguno de los dos-. ¿Quién quiere echar un pulso de pulgar conmigo?

************

Haru terminó de cambiarse y se quedó junto a Miyu a esperar que Bill le retocase lo que fuera necesario.

Al entrar las cámaras las saludó disimuladamente y sonrió

-Ya no nos queda nada para empezar- les dijo. 

Por suerte se acercó Bill para darle los últimos retoques, lo que hizo que no necesitase hablar más a cámara. Mientras Bill repasaba Haru saludó con la cabeza a Ueda, le había visto entrar con mala cara, seguro que había algún cambio de última hora, pero prefería no saberlo, en esos momentos estaba muy contento.

No tuvo ningún problema en el ensayo, desfilar era ya parte de su ser. Desde que descubrió el mundo de la moda cuando era pequeño, solía jugar todos los días a desfilar por su cuarto. Había pasado horas desde niño observando a los mejores modelos, cuando llegó al instituto ya tenía dominadas a la perfección las técnicas que más le habían gustado de los supermodelos internacionales, ya fuera posando o desfilando. 
A veces se preguntaba que pasaba con su coordinación como modelo cuando se ponía a bailar...o hacer deporte.

Decidió quedarse con la ropa puesta, al igual que Miyu, aunque supuso que por razones distintas.

El tiempo que usaba el resto para cambiarse lo usaba para no perder detalle. Miraba disimuladamente de un lado a otro, los colores y formas de la ropa; las relaciones entre modelos, ayudantes, estilistas, diseñadores. Había cosas muy interesantes...

-¡Eh, eh! –exclamó Miyu-. ¿Quién quiere echar un pulso de pulgar conmigo? -

Haru se dio la vuelta para mirarle con extrañeza. 

-¿Un pulso de pulgar? ¿Cómo funciona eso? - 

Las pocas relaciones que había tenido en su niñez le habían dejado con un pequeño vacío de conocimiento popular. Sabía lo que era un pulso normal, había tenido que hacerlo más de una vez en el instituto, pero eso del pulgar no lo tenía claro, la versión normal no la encontraba especialmente divertida, aunque la competitividad que generaba le parecía curiosa, pero ¿a esa escala qué gracia le podían encontrar? 

Tras las miradas curiosas le explicaron y le hicieron una demostración.

-uhmm, es un poco como jugar con un joystick, ¿no?- 

Por suerte o por desgracia no pudo comprobarlo, tenían que empezar con el desfile oficial. 

-Bueno otro día me enseñáis vuestros mejores movimientos -

Aviones y perchas. Primera parte.





Montar en avión siempre le ponía hiperactivo. No era la primera vez y tampoco sería la última, pero siempre era una novedad para Miyu. <<Si hiciese esto todos los días, a lo mejor me terminaba por acostumbrar>>, pensó. Sus dedos tamborileaban en sus rodillas y al mismo tiempo intentaba mantener la atención de la conversación que discurría y admirar el paisaje.

Iban todos en uno de los monovolúmenes de la empresa. El conductor, Ueda, Haru, Reiji, Bill y él. <<¿Por qué soy el único que está nervioso?>>. Miró los semblantes de cada uno y no vio ni rastro de inquietud. Vale, tal vez porque ya habían hecho eso varias veces. Lo de modelar. No sería muy diferente a posar ante las cámaras en sesiones de fotos, ¿no? Pues no estaba muy seguro.

Sabía que Haru tenía experiencia y Reiji…, a Reiji nada le daba miedo. Además, ese era el trabajo de Bill. El único novato y achantado era él.

-Estoy nervioso –la voz apenas le llegaba al cuello. Se apretó las rodillas con las manos y tragó con dificultad. ¿Y si se tropezaba en la pasarela? ¿Y si se giraba por el lado incorrecto?

Y eso no era todo. Iban de camino al aeropuerto de Tokio y allí cogerían un avión exclusivo para el desfile. Los pasajeros serían en su mayoría modelos, personal del desfile y… ¡modelos! De acuerdo que su madre también era diseñadora y él había asistido a desfiles, pero estos siempre habían sido de moda juvenil y no eran tan famosos como al que iban ahora.

<<Creo que estoy empezando a hiperventilar>>, pensó preocupado. En realidad, tras ese nerviosismo insano, estaba muy ilusionado.

-Lo harás bien –dijo Bill y le sonrió-. Ya has hecho cosas más difíciles. Conciertos, por ejemplo.

-Sí, ¿verdad? –intentó sonreír pero le costaba.

El equipaje que llevaban era de mano. Lo esencial para pasar dos días y una noche en Osaka. Al poco de entrar en el aeropuerto, Miyu se chocó con alguien sin querer. Cuando vio el pelo rubio de la chica, los ojos claros, más alta que él, estilizada…

-Ah, ah… -boqueó varias veces-. Eto… sory, sory –dijo apurado. Ni siquiera estaba seguro de si uno se disculpaba así en inglés. Porque aquella chica era extranjera, de eso no había duda.

**************
* uwaa por fin * 

Haru tenía muchas ganas de que llegase el día de ir a Osaka. 
El único problema que implicaba era hacer madrugar a Reiji para subir al avión... pero ya estaba solucionado. Haru había ido a casa de Reiji con el conductor de la agencia , lo había despertado y lo había metido en el coche, donde también esperaba Miyu, antes de ir a por los demás. 

Miró a Reiji, que estaba sentado a su lado *¿ Estará dormido? * 
Ueda iba delante, con el conductor, y para variar estaba inmerso en su ipad. Haru se giró, Miyu y Bill iban detrás. *ahhh Bill es una alegría para todos los sentidos...¿ uh? * Algo no iba bien en Miyu, Haru llevaba gafas con cristales tintados y no podía jurarlo, pero parecía que el color de Miyu había bajado un poco de tono. Decidió no decirle nada por si se ponía más nervioso, había notado a Miyu algo inquieto desde la noche anterior.

Nada mas salir del coche Ueda le agarró del brazo para apartarle un poco del resto y entraron los primeros en el aeropuerto. *Bueno luego veré como anda Miyu* 

-Espero que te aseguraras de que todos llevan la documentación, sería ridículo que alguno se quedase en tierra por un descuido -

- Tranquilo Ueda, Miyu y yo hemos repasado todo ... y antes de salir de casa de Reiji me he asegurado... y te prometo que lleva la cartera encima. - 

Se dieron la vuelta para ver por donde iban los demás y vieron como Miyu se disculpaba. Ueda soltó un resoplido, no era la primera vez que Miyu se chocaba con la gente, pero por suerte acudieron en su ayuda a tiempo.

-No pasa nada Ueda, ¿ves? Está todo solucionado, deja de preocuparte tanto o no te van a dejar volar estando tan alterado. - le sonrió

- Te rompería la cara Haru, pero sin dientes ya no estarías tan guapo y no venderías nada -

- Ajaja, yo no estaría tan seguro de es-

-Toma y calla. Son la tarjetas de embarque de Miyu y Reiji, el resto tenemos cada una la nuestra. Entrad ya, ese pasillo de la derecha es la entrada para la clase business. Yo tengo que esperar a unas personas.-

- uwaaa que malo eres Ueda, te vas sin decirme adiós...y sin darme mi tarjeta de embarque-

Ueda sonrió, le dio su tarjeta de embarque y se fue.
Haru fue a buscar a los demás.

*************

*…menos mal que me he cogido las gafas de sol…*

Nada más entrar en el coche, Reiji se pone las gafas y se vuelve a dormir.

No le gusta mucho viajar, se aburre en los aeropuertos y le da pereza hacer la maleta. Siempre que viajan acaba muerto de sueño tirado por alguna parte.

Haru le da un codazo cuando llegan al aeropuerto. Reiji se sobresalta, bosteza y sale de coche. En los aeropuertos suelen encontrarse con fans, así que se arregla la ropa y el pelo antes de coger la maleta y encaminarse hacia la puerta con el resto. Miyu parece un conejito asustado, pobrecillo, incluso se choca con una chica y casi le da algo. Reiji se ríe por lo bajo. Haru y Ueda se separan del grupo.

*Je, esta es la mía*

Se mete en una tienda y le compra a Miyu chucherías. *A ver si se calma un poco* Siempre tiene una excusa para comprarle dulces.

- Kyaaah, es Reiji, ¡creo que es Reiji!

Se da la vuelta y ve a dos adolescentes medio escondidas detrás de una revista. Sonríe, paga las chucherías y se acerca a las chicas. Están tan nerviosas que les tiembla el pulso y la revista parece que va a salir volando en mil pedacitos. Se baja un poco las gafas de sol, tiene ese ángulo perfectamente estudiando: coge otra revista que está justo detrás de ellas sin dejar de mirarlas a los ojos y les sonríe:

- Chicas, mejor comprad esta otra, hay un especial de fotos de nuestro último vídeo.

Un rotulador aparece mágicamente en la mano de una de las chicas y se lo acerca a Reiji más roja que un tomate. Reiji les firma la portada de dos revistas.

- ¿Qué hacéis en el aeropuerto entre semana, chicas? ¿A dónde vais?

A las fans les encanta que les pregunte sobre su vida. Responden muy nerviosas que van de viaje con su clase a Osaka.

- Ah, nosotros también vamos a Osa… *mierda, la he cagado fijo*

Mira hacia donde están los demás. Ueda se está marchando y Haru le está buscando con los ojos. *Mierda, me va a echar la peta seguro*

- ¡Agh, voy a perder el vuelo! Ha sido un placer conoceros, espero que sigáis apoyándonos en el futuro.

Les sonríe y se va hacia el grupo.

- Toma, Miyu, para ti- le da las chuches con una sonrisa e intenta hacerse el tonto para que no le pille Haru.

************

-En serio, en cuanto te subas a la pasarela, te vas a dar cuenta que no has hecho nada más fácil que eso –Bill seguía en su intento de que Miyu recobrase su típico entusiasmo y extroversión. Era muy, muy raro verlo en el estado actual. El inglés dudaba de si lo que estaba haciendo era lo más conveniente. Quizá hacer que dejase de pensar en ello…

Y mira tú por dónde, era indudable que Reiji le conocía mejor. Fue traerle la bolsa de chucherías y Miyu lució una sonrisa de oreja a oreja. No existía nada más que las golosinas y él, al menos hasta que ya no hubiese más que llevarse a la boca.

Bill sonrió a Reiji aliviado.

-Las cámaras deben de estar al llegar –dijo el rubio al mismo tiempo que miraba su reloj de pulsera. Ueda había firmado un contrato con la cadena que emitiría imágenes del desfile, para seguir a TDS todo el tiempo que durase el evento. Serían como sus sombras, salvo en determinados momentos íntimos.

De hecho, una de las cámaras ya estaba allí. Había tres en total. El resto venían un poco más rezagadas. La primera enfocó a Miyu y éste se dio cuenta a los pocos segundos. Sonrió y jugueteó con un regaliz plano y rojo que llevaba en la boca. Como si fuese una lengua. Rió y se llevó una mano a la boca para ocultar su sonrisa. No era tímido, pero era un hábito que empezó a hacer hace unos meses y Ueda le dijo que lo potenciara. Decía que le daba un aspecto moe.

-Vamos a viajar en avión –dijo a la cámara. Sonrisa-. Y estoy taaaaaaaaaaaaan nervioso *suspiro* Menos mal que tengo mis medicinas –alzó la bolsa de chucherías e hizo la “v” con los dedos.

Se acercó a Haru y Reiji y les preguntó si quedaba mucho para subir al avión. La verdad es que estaba bastante despistado. El aeropuerto le mareaba con sus luces, el sonido ambiente que había, la cantidad de personas… Así que terminó por agarrar el extremo de la camiseta de Reiji para no perderse. No sería la primera vez que le pasaba. Que el resto se iba y él se quedaba solo. Bueno, eso había sido al principio de estar en TDS. Ahora siempre había alguien que le tenía un ojo echado encima o directamente él se enganchaba por si acaso.

****************

Mientras Miyu jugaba con las chucherías delante de las cámaras Haru se acercó a Reiji. Le había visto salir de la tienda dejando una estela de adolescentes emocionadas.

- Espero que hayas sido educado y prudente. -

Vio como se acercaba Miyu...seguido de las cámaras *ugh, menos mal que no pueden pasar por este filtro de seguridad*

- Tenemos que entrar ya - Sonrió a una de las cámaras y se despidió con la mano - Hasta luego~ -

El filtro de seguridad business estaba rodeado de cristal opaco para evitar miradas curiosas, podían hablar con tranquilidad.
Se dio la vuelta para hablar con Reiji y Miyu, que no se separaba por nada.

- Necesito que me deis la documentación, así lo enseño con las tarjetas de embarque mientras pasáis el filtro. - 

Los guardias del filtro estaban acostumbrados a los famosos, además tenían un contrato muy estricto que no les permitía relacionarse con los pasajeros más de la cuenta. 

- Bueno, vamos con el tiempo justo...y este aeropuerto es un infierno. - Haru conocía varios aeropuertos al dedillo y les guió por el camino más corto y menos transitado hasta la sala business.

Al ser un vuelo especial no podían pasar por la zona de embarque normal, tenían que ir por protocolo. Tendría que haber habido personal de la compañía aérea para acompañarles desde el control de seguridad hasta el bus que les llevase al avión, pero Ueda había avisado a la compañía y les había dicho que no era necesario... por eso tenían que esperar a que les buscaran en la sala business.

- Maldito Ueda, si no fuera tan cabezota podríamos estar ya en el avión.-

A Haru le gustaba mucho viajar, entre otras cosas porque le permitía ver en primera persona las diferentes tendencias de cada lugar.
Vio entrar a un chico con el uniforme de la compañía. 

-¡Ah! ¿ Vienes a por nosotros verdad? Vamos. - Se aseguró de que Reiji le seguía, podía ver la cabeza de Miyu detrás de él.
El chico les abrió la puerta de embarque más cercana a la sala y bajaron las escaleras para subir al minibus.

- Perdona ¿Sabes si han embarcado los cámaras ya? - Los cámaras, junto a staff menos importante, embarcaban por el método tradicional.

-Sí, en cuanto han embarcado todos hemos venido a por ustedes. Son los únicos que faltan, junto con otros 5 modelos. -

*ahhh, pero no somos los últimos* Los cámaras tenían que llegar primero para grabarles entrando en el avión, querían un bonito plano subiendo las escaleras en pista...*bah...oh! Se me olvidaba...*

Antes de bajar se levantó las gafas de sol y se acercó a Miyu, que seguía pegado a Reiji.

- Miyu escucha, si te pones muy nervioso en el desfile haz lo que mejor sabes hacer, baila. No creo que a nadie le moleste, seguro que les encanta. - le guiño un ojo y volvió a colocarse las gafas.


**************

Al bajar del mini bus Reiji ve a dos de los cámaras en la zona de las escalerillas. Se arregla el pelo y va hacia el avión. Sonríe a las cámaras sin decir nada y entra. Menos mal que en primera clase no hay nadie grabando… Se sienta cerca del pasillo y se acomoda el respaldo.

Miyu y Haru entran después y se sientan, a su lado. Solo hay que esperar al resto de modelos y saldrá el vuelo.

Reiji mira a Haru y sonríe. Se ha puesto en el pasillo por un motivo… bueno, por dos: azafatas y modelos. ¡A ver si Haru se duerme pronto!

Por fin llegan los modelos: son todo tíos. *¬¬’ Pues vaya, espero que al menos las azafatas estén buenas…*

-Estimados pasajeros, bienvenidos al vuelo 237 con destino a Osaka- vale, el azafato de primera clase también es un tío, vaya coñazo.

Reiji se ajusta las gafas y se duerme el resto del vuelo.

**************

Miyu lo miraba y lo escuchaba todo pero era como si tuviese los sentidos embotados. Hasta que no subió por las escalerillas del avión, no tuvo conciencia de sí mismo. Quizá con un poco más de experiencia, aquello no le parecería un lío.

-¿Eh? –miró a Haru-. ¿Ah? Vale, vale –sonrió. Por culpa del aeropuerto parecía que los nervios se habían extinguido, o al menos camuflado. Y la expectativa del viaje en avión le llamaba demasiado la atención como para preocuparse por otras cosas.

De todas formas, se guardó la recomendación. Le encantaba bailar y nunca sentía vergüenza cuando lo hacía con público o sin él. Porque era algo que dominaba y sabía que lo hacía bien.

Miyu se sentó al lado de Reiji y observó como éste se relajaba y cerraba los ojos. <<Aburrido>>, pensó poniendo morritos. Sin embargo, era una buena excusa para entretenerse. Le tomó fotos sin flahs, para no despertarlo, y las retocó al estilo puricura. Era difícil contener la risa y no hacer ruido.

-Shhh… -se llevó un dedo a los labios para avisarle a Haru y a Bill de que debían dejarle hacer. Cogió una de las chuches que más dulce olía y se la pasó a Reiji por debajo de la nariz, sin tocarle, para ver si se despertaba al notar el olor, pero nada. 

Quería hacer algo más divertido pero sin llegar a despertarle. <<¿Pero el qué?>>. No se le ocurría nada y tampoco es que tuviese mucho tiempo para pensar. El vuelo duraba poco. <<¡Ah!>>. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, o algo así.

Se apoyó en el reposabrazos e inclinó su cuerpo hacia Reiji. Poco a poco se fue acercando, con la lengua fuera, y le rechupeteó suavemente la oreja.

Incluso Bill dejó de charlar con Haru segundos antes de darse cuenta de sus intenciones.

***********

*¿Qué coño…?*

-¡¡¡GYAAAAAAAAAAAAAH!!!

Reiji da un salto en el asiento y se quita las gafas de golpe. Se toca la oreja, está mojada. Se mira la mano.

-¡¡¡GYAAAAAAAAAAAAAH!!!

Mira perplejo a su alrededor, ¿qué coño está pasando? 

Miyu. ¿Miyu?

- ¡¡Miiiiiyuuuuuuuuu cabronaaazoooooo!!

**********

Pocas cosas asustaban a Miyu, pero un Reiji gritando cuando todo había estado en silencio antes y, sobre todo, se espera cualquier tipo de reacción proveniente de él... bueno, eso sí que asustaba.
Su cuerpo se convulsionó por la sorpresa y se quedó mirándolo con los ojos como platos.

En ese momento, en ese justo momento recordó las palabras de un amigo suyo. <<Cuando están a punto de darte tu merecido, es mejor poner los pies en polvorosa>>. De hecho, eso fue lo que intentó hacer. Pero no podía ir hacia el pasillo en dirección a Reiji. Sería como salir corriendo hacia tu muerte. No era tan tonto. Y le quedaba eso o intentar ir hacia la ventana, es decir hacia Haru y Bill.

-¡Ayuda! ¡Salvadme! -exclamó echándose hacia ellos-. Mamá, mamá, mamaaá... -gimoteó mientras sus manos reclamaban esa ayuda que tardaba tanto. Y es que era normal, Bill se estaba riendo y Haru...

**************

Al entrar en el avión Haru se sentó junto a Bill en uno de los laterales.

Mientras hablaban Bill miraba a Miyu y se reía en silencio. Haru se dio la vuelta y vio que estaba haciendo fotos y tonterías a Reiji mientras este dormía. *Bueno mientras solo sea eso* Se giró y siguió hablando con Bill.

- Mira que eres impaciente Haru, pero sí, creo que... - Pero no terminó la frase y se quedó mirando en dirección a Miyu.
Estaban acostumbrados a las tonterías del grupo pero todavía no conocían a Miyu muy bien...pero si era algo que sorprendiera a Bill no podía ser bueno. Haru se dio la vuelta y vio como Miyu rechupeteaba la oreja de Reiji. *¿ Pero qué-?*

-¡¡¡GYAAAAAAAAAAAAAH!!!...¡¡Miiiiiyuuuuuuuuu cabronaaazoooooo!!-

Haru vio como todo pasaba muy deprisa...

-¡Ayuda! ¡Salvadme! - Miyu se dirigía hacia ellos-. Mamá, mamá, mamaaá... -

Los gritos de Miyu, las risas de Bill y las finas palabras que soltaba Reiji por la boca sonaban en segundo plano...las pulsaciones en la sien eran más fuertes. Echó un vistazo rápido al resto de business , muchos llevaban cascos y no se habían enterado, pero eso era lo menos importante...lo único que les separaba del resto de pasajeros era una cortina doble...los de atrás habían escuchado todo seguro. ...se quitó las gafas y miró al TCP , que entendió lo que quería decir y salió casi corriendo. Se levantó, se puso detrás de los asientos de Miyu y Reiji y agarró sus cabezas suavemente con cada mano juntandolas mientras agachaba la suya para hablarles en voz baja.

- Sois unos niños muy malos, mamá está disgustada... - Había intentado tranquilizarse, pero no podía...cada vez que lo pensaba... - Tenéis suerte de que Ueda venga en el vuelo siguiente...tsk - Al mismo tiempo que se levantaba hizo chocar sus cabezas. La disposición de los asientos hizo que solo lo pudiera ver Bill. - Aunque tendré que hacérselo saber claro...espero que pueda presenciar vuestro castigo

Se acercó un poco a la cortina y respiró con calma.

- ¡¡¡Shhhhhhh!! ¡Chicos ya vale! ¡No podéis ensayar el especial aquí que se va a enterar todo el mundo! - Lo dijo en voz alta, pero sin sonar forzado. Estaba seguro que los de atrás lo habían escuchado...
Se sentó otra vez junto a Bill.

- A ver como le digo a Ueda que tenemos que hacer un especial... -

**********
-¡¡Joder qué susto me has dado!! Te vas a cagar… *le hace cosquillas a Miyu*

- Sois unos niños muy malos, mamá está disgustada... Tenéis suerte de que Ueda venga en el vuelo siguiente...tsk. Aunque tendré que hacérselo saber claro...espero que pueda presenciar vuestro castigo.

Ugh, Haru da miedo cuando se llama “mamá” a sí mismo. Ahora tendrán que hacer un especial y todo. Le pasa el brazo por los hombros a Miyu, le baja la cabeza y le alborota el pelo.

- ¡Todo por tu culpa! ¡A ver si aprendes a dejar a los mayores dormir tranquilos!

Ya queda poco para llegar. Le pide al TCP unas pipas y se pasa el resto del vuelo chinchando a Miyu y tirándole pipas a Haru de vez en cuando.

-Bill, no me dijiste que el desfile era solo masculino…

-Ya, te lo llego a decir y no vienes, jajaja- Bill coge una pipa que le ha caído a Haru en la manga y se la come-. Tampoco te dije que vendrían modelos femeninas…

*Maldito Bill…*

-Bueno, habrá más modelos por allí-. Le tira otra pipa a Haru y le da en la mejilla- ¿Tenemos hotel ya reservado?

El piloto anuncia que el avión está a punto de aterrizar.

**************

-No es bueno decir palabro... -pero ya no pudo decir nada más. Se retorcía por las cosquillas que le estaba haciendo Reiji. No podía parar de reír a pesar de saber que estaba molestando en el avión además de a sus compañeros. Porque estaba medio encima de las piernas de Haru.
Cuando más o menos recobró la compostura y se sentó correctamente, Haru se levantó y les soltó aquello. Por el contenido, Miyu hubiera pensado que estaba entrando en el juego, pero la verdad era que su tono de voz decía totalmente lo contrario. Y daba miedo. Mucho miedo. No tanto como Ueda. Lo de Haru era temor a importunarle.

-Au... -se quejó Miyu a pesar de que el suave golpe no le había hecho daño. Se llevó una mano a la cabeza y se frotó la zona-. ¿Qué? ¡No, no! -se dio cuenta de que había alzado la voz-. No... no... -repitió en voz baja-. No se lo digas a Ueda, por favor. Me portaré bien -<<Ueda no, por favor>>, pensó desesperado.
-Jo, lo siento. No he podido evitarlo -miró hacia abajo y puso boca de sobre.

El resto del vuelo fue entretenido. Al menos Reiji no volvió a dormirse y eso lo agradeció.
Un vehículo los llevó al hotel cuando aterrizaron y salieron del aeropuerto. Haru, Reiji y Miyu dormían en una habitación preparada especialmente para ellos. Es decir, contaba con 3 camas individuales. Ueda y Bill compartín otra distinta.
Nada más entrar, Miyu dejó en el suelo su mochila y se tiró en plancha a la cama. Frotó su rostro contra la almohada.
-Genial, genial, genial... -murmuraba una y otra vez. Le gustaba mucho eso de dormir en camas diferentes cada vez. Otros tendrían problemas para conciliar el sueño si no se trata de su propia almohada y cama, pero en eso Miyu no tenía problemas.

Debían prepararse porque dentro de un rato les iban a llevar al lugar del desfile. Tenían que ensayar cómo caminarían por la pasarela, se tendrían que probar la ropa que iban a lucir y demás.
-Fuuu~~ -hinchó los carrillos mientras seguía bocabajo-. Tengo la espalda dolorida. ¿Me dais un masaje? -en su rostro apareció una expresión esperanzada.

****************

El resto del vuelo fue más tranquilo.
Haru lo aprovechó para enviarle un e-mail a Ueda informándole sobre la necesidad de hacer un especial *No quiero pensar que cara pondría si se enterase por medio de la prensa*...el resto lo mismo lo podía omitir.
Le dio una pipa en la mejilla *...o lo mismo no.*

La habitación del hotel era grande, mientras Miyu se tumbaba, Haru colocaba algunas de sus cosas.

-Fuuu~~ Tengo la espalda dolorida. ¿Me dais un masaje? -

- Lo siento Miyu, si quieres un masaje llama a recepción y que busquen a un profesional. No podemos arriesgarnos a que algún cabra te haga daño en un músculo.- Miró a Reiji. - ¿Lo entendéis verdad? - Todavía estaba un poco tenso por haber tenido que crear el especial, modificando la agenda de todo el mundo.

Se sentó en la cama y sacó el portátil, Ueda ya había contestado. Al parecer no había problema en hacer un especial, se podía preparar una grabación de veinte minutos e incluirla en alguna entrevista de grupo en televisión. 
Dejó el portátil a un lado y se tumbó aliviado tapándose los ojos con el brazo, es cierto que el correo contenía alguna que otra amenaza, pero por lo menos el problema estaba solucionado.

Escuchaba de fondo a Miyu y Reiji.

- Acordaos de que tenemos menos de una hora para descansar

Siguió tumbado mientras pensaba en la cantidad de maravillas de las que iba a poder disfrutar luego...


Miedos, recuerdos y dolores de cabeza. Tercera parte





Reiji se apoya en la barandilla y da otra calada. Así que hay un paparazzi, ¿no? Por un segundo se acuerda de Mei. A ella no le gustaban los paparazzis, ¿verdad? Siempre ponía esa cara enfadada y fruncía los labios cuando veía a alguno cuando salían de compras, se ponía gafas de sol y parecía tan poquita cosa… y sin embargo seguía desprendiendo ese aura que la hacía irresistible a todo el mundo, ese talento que la hizo famosa, Mei…

Saca el móvil y repasa la agenda. ¿Para qué? Borró su contacto hace tiempo, al igual que todo lo que tenía que ver con ella. Pero en días como hoy todavía espera haberse equivocado y que esté el contacto ahí. Llamarla y escuchar su voz, ¿por qué no puede…?

*Arg, joder.* Da otra calada y guarda el móvil cabreado. *Vaya mierda de día.*

Oye abrirse la puerta de la terraza y se da la vuelta. Miyu viene con la tarjeta azul de Haru en la mano. Reiji sonríe mientras ve a Miyu acercarse y da otra calada despacio. Hay algo en Miyu que le recuerda a ella, ¿qué será?

Desde que llegó Miyu al grupo todos han cambiado un poco, todos han mostrado nuevas facetas de sí mismos. Es curioso tener a alguien nuevo después de todo lo que han vivido juntos, y sin embargo todos parecen haberle aceptado sin problemas.

Pero él a veces no es del todo sincero. Quiere a Miyu, le encanta ver sus expresiones cuando le hace de rabiar o cuando le regala cosas, es refrescante estar a su lado. Pero cada vez tiene más sueños con Mei, intenta dormir poco y salir más para no tener que recordarla. *Joder…* Da otra calada, se le está acabando ya el cigarro.

Reiji: “¿Qué pasa, Miyu? ¿Ha llegado ya Ueda? ¿No me digas que tienes miedo de quedarte ahí dentro?” *Le encanta ver las expresiones de Miyu, de verdad, pero… No, no, mejor no pensar en ello*. “Jajaja, no te preocupes, Miyu chan, yo te protegeré del ogro malvado”.

¿Qué estará haciendo ella ahora? A veces la ve en revista con sus gafas anti-paparazzi o sonriendo en entrevistas, hablando en la televisión de sus últimos trabajos… Jamás le ha mencionado a él, ni una sola vez, ¿verdad?

Se aleja de la barandilla tirando el cigarro y le pasa el brazo por los hombros. Ah, sí, la curva de la nariz de Miyu es igual que la de Mei…

*Joder, ya está bien*

Reiji:Andáaa, la tarjeta de Haru, ¿nos vamos de compras?” 

*Eso es, sonríe, Rei. No fuiste capaz de hacerla feliz, no cometas el mismo error otra vez.*

**************

Se llevó las manos a la cabeza, pero ya era demasiado tarde. Haru le había despeinado. Le gustaba que le hiciese eso, salvo cuando llevaba encima varias horas de peluquería encima. Bill era demasiado perfeccionista y eso lo sufrían todos en sus carnes. Por suerte, hoy llevaba el pelo normal. Se lo había cepillado y ya está. Aún así, intentó recolocarse los mechones alborotados, mientras se quejaba sin ímpetu.

<<¡Pastel!>>, pensó inmediatamente. Y se puso en pie de un salto.
-¡Dispuesto a comérmelo todo! –afirmó, llevándose una mano a la frente a modo de saludo militar.

Pero entonces entró Ueda y Miyu se desinfló al instante. O mejor dicho, se puso en guardia, lo que quería decir que dejó de alborotar y se comportó. <<Soy casi mayor de edad. Debo de comportarme de forma madura>>, se obligó.

-Vale. ¿Quieres que te traiga algo? –preguntó mientras cogía la tarjeta de crédito.

A través de la puerta de cristal que daba acceso a la terraza, vio cómo Reiji soltaba humo por la boca y le salía, a veces, un poco por la nariz. <<Un dragón. Parece un dragón. ¡Qué chulo!>>, pensó. 

Lo que ya no era tan chulo era el olor. Ya antes de abrir la puerta, sabía cómo debía oler. Menos mal que al aire libre, con el viento, el humo se dispersaba rápidamente. No dejaban fumar dentro del edificio pero estaba claro que con los miembros fumadores, hacían ojos ciegos. Total, allí fuera no molestaba a nadie.

Aún así, Miyu contuvo la respiración.

Negó con la cabeza vigorosamente mientras retenía el aire. Luego pareció que se lo había pensado mejor y asintió de la misma forma. ¿Para qué mentir si ya todos lo sabían? Ueda le imponía. Entre miedo y respeto era lo que sentía. Le costaba tomarse las mismas libertades que el resto. Ueda era… el jefe.

Justo cuando Reiji tiró el cigarrillo, Miyu abrió la boca medio asfixiado y tomó aire como si estuviera a punto de morir. Sí, era un poco exagerado para según qué cosas.

-Me ha dicho que vayamos a desa… comer. A comer. Se va a quedar hablando con el mánager –informó-. Pero de esto nada de nada, ¿eh? –sacudió la tarjeta y se la guardó en uno de los bolsillos del pantalón-. ¡Hoy invito yo!

Le parecía mal gastar el dinero de Haru. Además, sin duda alguna él tenía más gastos con toda la cantidad ingente de ropa que se compraba cada dos por tres. Miyu sólo gastaba en mangas y dulces. Bueno, en algo más, pero seguía sin ser comparable.

Se llevó la piruleta a medio comer a la boca y le pegó un mordisco, chascando parte de la superficie.

-¿A ti que te apetece de comer? ¿Quieres probar el pastel? – preguntó-. ¡Ah! Pero me ha dicho que no comamos mucho porque luego toca ensayar las coreografías. Creo que vamos a grabar el último que nos hemos aprendido y así colgarlo en el canal de Youtube. Por eso me he puesto esta ropa -señaló la parte de arriba con la piruleta.

****************

- Perdona Ueda-

Ueda estaba usando su ipad, le gustaban más que los portátiles.

- No pasa nada - Dijo distraído sin levantar la vista

Haru abrió el portátil y busco el Planning A

- Tal y como te prometí, lo tienes todo listo - Le enseño la pantalla a Ueda - No son cambios muy importantes. -

Ueda miraba la pantalla atento.

- Ya veo.¿ Y Morishita ? - Miró A Haru. No soportaba a Morishita, pero un contrato era un contrato.

- Tendré su correo esta tarde, no dará problemas. En cuanto lo tenga te lo reenvio- Notó que en el rsotro de Ueda s reflejaba algo de alivio.

-Tsk. Menos mal que no aposté nada. - Se estiró un poco sobre la mesa.
- Te dije que sería imposible, por mucho miedo que le des, lo de madrugar no entra en el vocabulario de Rei. - Le dijo sonriendo
-¿Madrugar? ¿ Desde cuándo las 10 es madrugar?- Haru se echó a reír - Bah, sois una panda de niños malcriados y tú eres el peor de todos-

Ueda era el tercer mánager que habían tenido hasta el momento, y Haru esperaba que fuese el último. 
El primero dimitió por las presiones infernales de Haru. El segundo salió un día llorando del estudio y no volvió a aparecer . La desaparición tan dramática del segundo manager, Haru no recordaba su nombre,  hizo que la agencia de talentos enviase a Ueda... por fin .
Le costó un poco encontrar su toque. Después de varias discusiones , algunas bastante subidas de tono, y muchos resultados positivos, Ueda aceptó seguir algunas recomendaciones y propuestas de Haru. 
Eso no significaba que, después de tanto tiempo, a Ueda no le molestase e intrusismo de Haru en algunas ocasiones.

- Ya, bueno, te hago una copia entonces - Dijo Haru mientras sacaba una memoria USB y la conectaba a su portátil. - 

- He hablado con Reiji - Ueda había bajado el tono de voz. Haru le miró serio y se inclino sobre la mesa para poder escucharle mejor. - Dice que lo tiene todo controlado -

Cuando la pasada noche sonó el teléfono y vio que era Ueda no le gustó nada. Le había contado todo lo del paparazzi...Ueda se lo contaba todo. *Menos mal, no me hubiese gustado nada tener que habérselo dicho yo*  A Haru le daba pena tener que recordar al grupo la falta de libertad que se habían "ganado" con la fama.

- Perfecto. Toma ya se ha copiado - Le dio el USB a Ueda que se lo guardó en un bolsillo.  - ¿ Qué tal están tus niños? -

Ueda se puso a hablar con orgullo de ellos, de vez en cuando enlazaba los temas para meterse con los profesores o los padres de algunos compañeros de sus hijos. Vieron salir a Reiji y Miyu. * ugh, yo también quiero comer* Pero tenía que escuchar a Ueda, le debía unos momentos para poder relajarse.


*****************

Miyu se apartó en cuanto notó que Reiji le subía la camiseta. A lo mejor no tenía frío, pero él sí. Así que aprovechó la distancia para tomar un poco de carrerilla y empujarle hombro con hombro a modo de venganza mientras reía y pegaba algunos brincos.

-La comida de aquí siempre está buena –opinó entrecortadamente a mitad de un salto.

-Sí, ¿no le has visto? Ha estado hace un rato comprando bebida en la máquina. Um… -se llevó el dedo índice a la barbilla-, pero seguro que no le has visto porque estabas hablando con el mánager.

-¡Ah! –dijo como respuesta. Sacó el móvil y buscó el nombre de Bill en la agenda. Era una agenda un poco triste porque si llegaba a los 10 números, sería rabiando. Seguía teniendo contacto con los compañeros del colegio pero por internet. Eso sí, se habían reducido bastante. Con eso de la distancia y no poder quedar con ellos, ni dedicarles demasiado tiempo…

-¡Bill! ¡Soy Miyuuuu ~~! –exclamó en cuando oyó la voz al otro lado-. Nos vamos a comer Reiji y yo, ¿te apuntas? Di que s… -el abrazo y retirada de Reiji le dejó momentáneamente sin voz. Incluso cerró los ojos ante la sorpresa.

Se quedó mirando cómo se disculpaba con el grupo de hombres elegantemente vestidos, hizo algunas reverencias pidiendo perdón, a pesar de que nadie le estaba prestando atención, y hasta que no escuchó varias veces el tono insistente de Bill, no volvió en sí.

-Perdona, es que he estado a punto de chocarme con alguien- se disculpó-. ¿Entonces sí? ¡Genial! Pues ya vamos para allá- colgó.
Miyu echó un vistazo hacia atrás ante el comentario de Reiji.

-No me gustan las viejas –dijo con tono inocente. Menos mal que se habían alejado lo suficiente como para que no le escuchasen. Puso cara larga.

-¡Yes! –nunca estaba de más practicar un poco-. He said that he will comes… fast? –la duda se podía ver perfectamente en sus facciones. Pero estaba más mono calladito, así que se sentó y le dijo a Reiji que le pidiese ramen, agua y pastel del nuevo.

-¡Of course! –mala pronunciación-. But… ¡bah! Que pago yo, ¿eh?

Al poco de irse Reiji a pedir la comida, los ojos de Miyu encontraron el pelo rubio de Bill. Encima, como era alto se le veía enseguida. Alzó el brazo para llamar su atención e indicarle que esa era la mesa.

-Reiji se ha ido a por la comida –le comunicó. Así que Bill se fue derecho junto a Reiji.

-¿Qué tal? ¿Cómo va todo? –preguntó a Bill, a la vez que le daba una palmada amistosa en la espalda. Eligió un plato sin caldo. Hacía meses que había desistido en utilizar los palillos para comer. Por más que lo intentó, no lograba manejarse con ellos, así que en los lugares públicos prefería nada de caldo y sacar el tenedor plegable que llevaba siempre encima.

Que también le quedaba la alternativa de sorber, pero lo consideraba demasiado ruidoso y no le iba. Le parecía una falta de educación.

*********************

Haru tenía hambre.

El dolor de cabeza se había esfumado gracias a la medicina.

Miró la hora en el portátil. *¿Por qué no llama ninguno a Ueda? *

Los otros dos miembros del grupo tenían que pasar unos días fuera para grabar un especial donde acudían varios artistas. El minibus salía esa tarde y Ueda les iba a acompañar...por lo menos hasta ver que la situación no se salía mucho de madre...

El móvil de Haru vibró. No pidió permiso a Ueda, había la confianza suficiente... y hacían todos lo mismo. 
Un mensaje de Kaze. *...* El estómago de Haru hizo un silencioso movimiento de protesta ante el mensaje que le llegaba a través de los ojos. El mensaje consistía en una foto de Kaze, muy feliz, junto su comida.

-¿Ha pasado algo? - Haru levantó la mirada. Ueda estaba entretenido con su ipad...eso significaba que estaba buscando algo para enseñárselo, otra media hora más como mínimo. *No. Basta.*

- No, solo era Kaze -  Nada, ninguna reacción.*Maldita sea*
-Uhm. Mira est-
- Ha enviado una foto de lo que estaba comiendo - Haru lo soltó como si no le hubiese escuchado empezar. No era muy educado , pero tenía mucha hambre.
-¿Comiendo? - Ueda le miro *Siiiiiiiiiiiiii!* - ¿Dónde estaba?¿ Está con Ryuu?-
- No tengo ni idea de dónde está. Pero deberían estar los dos juntos. No he podido ver mucho, solo salía un montón de comida y la cara feliz de Kaze. -
- Ya se lo que deberían estar haciendo, gracias - Lo dijo con dureza, pero Haru casi nunca le daba  importancia... y mucho menos ahora, Ueda lo dijo mientras se levantaba de la silla * turú turú tururu ru* - Será mejor que me vaya. Llámame con lo que sea.-
- Claro , desde luego- Haru también se levantó para despedirse de Ueda
- Y Haru - Ueda estaba ya en la puerta - Ya sabes quien será el responsable si pasa algo mientras no estoy. -
- No te preocupes por nada - Sonrió y vio salir a Ueda.

Guardó el portátil a toda velocidad y salió camino al comedor. Cuando estaba llegando al ascensor sonó una alarma. Se paró en seco. Era demasiado tarde para comer, tenía que ir a la sala de ensayos.
*Nooooooooooo* Se controló para no arrodillarse derrotado. *sigh*  Bueno por los menos Reiji y Miyu habían comido. Y Kaze...seguramente los otros también..Ueda comería algo de camino. Miro al pasillo, no había nadie. 

-dskjfgajsdgfasd!!! - Soltó un montón de improperios muy deprisa, pero tan bajito que parecía que movía la boca sin decir nada. *Todos felices con su comida* Le dio una patada a la pared, no muy fuerte. *sigh...bueno que le vamos a hacer*  Agachó la mirada para ver el sitio que había usado para descargarse... había dejado una mancha con las botas. Abrió mucho los ojos *Mierda!* Volvió a mirar al pasillo, seguía sin haber nadie...estarían todos terminando de comer.
Avanzó rápidamente hasta la papelera más cercana y la movió de sitio para colocarla delante de la mancha. Ya no se veía nada.
Entró en el ascensor silenciosamente. * Voy a tener que decirle a la recepcionista que llame a mantenimiento...*

Había mucho movimiento, la gente volvía al trabajo. Haru no se fijo mucho en la gente y fue directo a su objetivo.

- Buenas tardes, perdone que le moleste, solo será un segundo. -

Era otra recepcionista, la del turno de tarde, pero obtuvo la misma respuesta que por la mañana.

-B-buenas tardes, dígame que necesita por favor Haru-kun - Haru alzó las cejas y no pudo evitar dejar salir media sonrisa. La chica estaba tan nerviosa que se había olvidado de guardar las formas. Se puso más colorada al ver la expresión de Haru. No se había dado cuenta del error y Haru no pensaba decírselo, le daba un poco de pena hacerle pasar vergüenza a la chica.

- He visto una mancha en pasillo donde tenemos nuestra sala de espera. Está junto a la papelera, han debido mancharla al tirar algo. Diles que no se preocupen, he movido un poco la papelera para  que nadie más se de cuenta. - La chica sonrió al escuchar el "detalle" que había tenido Haru.

-Muchas gracias, ahora mismo les llamo - Dijo mientras descolgaba el teléfono.
- Gracias a ti. - 

Haru podía escuchar como la chica marcaba los números a toda velocidad.
Volvió al ascensor para ir a la sala de ensayos por fin.

**************

Reiji coge la bandeja con su comida y la de Miyu mientras espera a que acabe Bill. Le ha cogido a Miyu unos muffins de aspecto empalagosísimo que ha encontrado donde los postres, seguro que le encantan. Le gusta mucho estar con Bill, se puede hablar con él de michas cosas y tiene un punto de vista inusual sobre todo, seguramente por ser extranjero. 

-¿Vienes a nuestro ensayo o te vas con los otros a la grabación del especial?

Se encaminan juntos hacia la mesa.

-No, hoy me quedo con vosotros, le he enseñado antes la ropa de hoy a Miyu, parece que le ha gustado. Tengo ganas de enseñársela a Haru ya, ¿qué hace que no viene a comer?

-Ah, Haru estaba con Ueda, le he comprado un bento.

Se sientan con Miyu, que se queda mirando las muffins con cara de sorpresa. Reiji le sonríe:

-Son para ti, por esforzarte por hablar inglés.

Bill sonríe mientras se toma la sopa.

-Por cierto, ¿habéis visto la última edición de la Kera? Me contrataron para vestir a Mei Ayano para una sesión, y…

Reiji ya no oye nada más, se le ha hecho un nudo en el estómago y no le entra la comida por la garganta. Se levanta, coge el bento de Haru y se disculpa.

-Voy a llevarle esto a Haru en seguida, os espero en la sala de ensayo. -

Miyu le mira preocupado. Reiji intenta sonreír pero no le sale.

-Daos prisa, ¿eh?-

Mientras va hacia la sala coge el móvil. De verdad, qué mierda de día. Le da a un contacto al azar.

-¿Nana? Soy Reiji. Sí, todo bien. Me alegro de escucharte… ¿nos vemos esta noche? Voy a buscarte y nos vamos al Momo, que tengo pase VIP. Sí, a las once. Hasta luego.-

Cuelga y se mete en el ascensor. 

Al llegar a la sala de ensayos está Haru terminando de atarse las zapatillas. Le sonríe, ya se siente mejor, y mejor que Haru no se dé cuenta de nada o se preocupará.

-Te he traído el bento. Come tranquilo que Miyu y Bill todavía están terminando- le da la fiambrera del bento y un Nestea y empieza a cambiarse de ropa-. ¿Qué tal con Ueda? No te habrá dicho nada de mí…


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-Gracias –dijo Miyu con tono goloso. Se estaba comiendo los muffins con los ojos. De hecho, fue lo primero que probó. Se comió uno entero y ya después, con más calma, pasó a lo que era el plato principal.

-¿Ah? –la salida de Reiji le pilló desprevenido. <<¿Qué ha pasado?>>, se preguntó Miyu.
Ambos se despidieron de él.

-¿No le habrá gustado la comida? –cuestionó. Olfateó el plato medio empezado y picoteó con los palillos hasta llevarse un trozo de carne a la boca-. Mmm, pues está bueno.

Bill, sin embargo, permaneció en silencio y pensativo. Conocía a Reiji desde hace bastante tiempo, aunque era verdad que no es que tuviese una relación realmente cercana con The Dark Side. Es decir, no solían hablar con él de sus vidas pasadas y privadas (salvando excepciones). Pero que empieces de hablar algo, te corten y salgan casi huyendo… No había que ser muy listo. O Reiji tenía un problema con la revista citada, o con la persona que había salido a conversación.
Descartaba presencia enemiga en el restaurante-cafetería. Le había estado mirando casi todo el tiempo y lo mismo cuando salió. No había ninguna prueba, así que… ¿Mei Ayano?

Pero lo bueno que tenía Bill es que era un tío maduro y siempre optaba por la opción más razonable. De ser otro, le habría preguntado directamente la próxima vez que le viese o habría metido de nuevo a colación ese nombre para comprobar si estaba en lo cierto.

-Pero, ohhh, mira esta comida. ¿La dejaremos aquí? ¿Nos la podemos llevar? –preguntó Miyu.

-Cuando terminemos de comer, podemos pedirles que nos la empaqueten. Creo que Reiji no había terminado de comer.-

Miyu estuvo de acuerdo. Alguna que otra vez picoteó del plato ajeno, así que la porción disminuyó a pesar de que Bill le daba toquecitos en la mano mientras ambos se reían.

Se lamentó por el pasillo de vuelta. Había comido más de lo que debía. Esperaba poder reposar un poco antes de ponerse a bailar porque tenía claro que el movimiento no le iba a sentar bien en aquellas condiciones.

-¿No sabes el horario? –preguntó Bill.

-Se me olvida apuntar las cosas. Siempre me toca ir preguntando.
Miyu golpeó suavemente la puerta de la sala de ensayo.

-¿Se puede? –preguntó con una sonrisa mientras abría un poco y metía la cabeza-. Reiji nos ha dejado comiendo solos –se quejó y Bill no pudo evitar mirar con curiosidad a Reiji-. Te hemos traído lo que has dejado y está caliente. ¿Lo quieres? –le acercó la bolsa con los tuppers desechables.

-Buenas tardes, Haru –saludó Bill con una reverencia y luego se acercó a estrecharle la mano. Lo de la reverencia siempre le sabía a poco. Él era de contacto físico.

Miyu se sentó al lado de Haru y se repanchingó como pudo en el banco de madera. Al final terminó tumbándose en el suelo porque se estaba mucho más cómodo. 

-Dormir, dormir –murmuró. Cerró los ojos y se concentró en relajarse. Ojalá pudiese hacer la digestión a la velocidad de la luz.

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Haru se cambió de ropa. Había pedido que le dejasen preparada la ropa para el ensayo.
Sabía que la ropa la había elegido Bill, por eso no se preocupó mucho en analizarla, todo perfecto.

Escuchó la puerta abrirse, pero estaba atándose las zapatillas y tardó en mirar.
Era Reiji, le devolvió la sonrisa...pero *¿Solo Reiji? ¿Dónde está Miyu?* Algo no cuadraba.

-Te he traído el bento. Come tranquilo que Miyu y Bill todavía están terminando. ¿Qué tal con Ueda? No te habrá dicho nada de mí… - Le dijo mientras se cambiaba de ropa.

Haru no sabía si llorar, bailar o besarle. Se sentó en el suelo y abrió el bento...olía tan bien. Miró a Reiji y le abrazó la pierna que tenía más cercana.

-uwaa Rei, muchas gracias - Se puso a comer. - uhmm, Ueda no me ha dicho nada, no - Comió un poco más y le miró - Nada de lo que deba preocuparme al menos. - Volvió a concentrarse en la comida. 
Nunca le había dicho a los demás que Ueda le contaba todo, pero no era muy complicado de adivinar. Según cual fuese el problema se encargaba uno u otro de solucionarlo y hablar con el resto.
Haru seguía comiendo, despacio pero sin pausa, mientras pensaba que narices hacía Reiji sin Miyu.

Llamaron a la puerta.

-¿Se puede? – apareció la cabeza sonriente de Miyu, seguida del resto de su cuerpo y de Bill. Haru sonrió. - Reiji nos ha dejado comiendo solosHaru vio la cara de protesta de Miyu y la de Bill, que miraba con curiosidad a Reiji *ohh???* -. Te hemos traído lo que has dejado y está caliente. ¿Lo quieres? – 
Haru miraba todo atentamente mientras cerraba su bento. 
"Crack"
El ruido hizo que Reiji mirase a Haru. Le mantuvo la mirada unos segundos, mientras se levantaba para saludar a Bill, al que sonrió.

-Buenas tardes, Haru

- Buenas tardes - Se saludaron con una reverencia y luego dándose la mano - ¿Qué tal todo? ¿ Habéis comido bien? Ven siéntate. -

Se sentaron en el banco seguidos por Miyu, que terminó por tumbarse en el suelo

-Muchas gracias por prepararlo todo - Haru no se cansaba de darle las gracias a Bill cada vez que podía, le daría las gracias por existir si pudiera - ¿Cómo vas de trabajo? No te faltarán ofertas supo-

-Dormir, dormir –murmuró Miyu

Haru vio como cerraba los ojos y miró a Bill

- ¿Ha comido mucho? - Bill le devolvió una mirada en la que se leía "Ya sabes que sí" - Bueno no pasa nada, vamos a dejarle descansar hasta que llegue el resto del equipo. Se ha esforzado tanto que se sabe el baile mejor que nadie.

Él también se había esforzado, por fin había conseguido aprenderse el baile. Odiaba que se grabasen los ensayos, en los videoclips por lo menos podían disimular tanto baile...

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Reiji se come a toda prisa lo que le ha traído Miyu. No le apetece mucho comer, sobre todo si se van a poner a bailar, pero bueno, está rico (y curiosamente no hay tanta comida como pensaba que había dejado, qué misterio…). 

-Dormir, dormir –murmura Miyu tumbándose en el suelo.

- ¿Ha comido mucho? – pregunta Haru, y Bill le contesta con los ojos-. Bueno no pasa nada, vamos a dejarle descansar hasta que llegue el resto del equipo. Se ha esforzado tanto que se sabe el baile mejor que nadie.- 

*Jajaja, es verdad, Miyu baila muy bien y le gusta mucho*. Reiji se pone a calentar mientras llega el equipo. Hoy van a grabar el ensayo aunque no está el grupo completo. Le encanta bailar, aunque no es especialmente bueno, pero le gusta. Si no tuviese ejercicio físico de vez en cuando en el estudio le daría algo. Se mira al espejo de la sala mientras se hace una coletita en la parte de arriba de la cabeza para que no se le meta el pelo en los ojos. Bill y Haru están sentados en un banco hablando en voz baja con una revista de moda que ha aparecido misteriosamente en las manos de Haru, ¿cuándo la ha sacado? *Qué tío…* 

Miyu se ha dormido de verdad, tiene un brazo debajo de la cabeza y con el otro abraza la pierna de Haru. *Madre mía, qué monos… >///< Esto va a twitter* Hace una foto con el móvil y la sube al twitter del grupo, un twitter que usan todos los miembros para subir este tipo de cosas. Además, es el único twitter que le deja tener Ueda… 

Título de la foto: “¡Antes del ensayo! ¡Estad atentas a youtube mañana Darksiders! XOXO, Reiji.”

Se mira al espejo mientras calienta y repasa los movimientos de la coreografía de hoy en la cabeza. Tienen una coreógrafa muy buena, Kobayashi Ran. Solo trabaja con los grupos que tienen más éxito de la compañía. Normalmente es una mujer encantadora y amable con todo el mundo, pero su personalidad cambia en cuanto se pone a bailar: es como si entrara en trance y se olvidase de lo que hay a su alrededor. Para preparar cada coreografía pasa siempre por el mismo proceso: se va a la sala de ensayo y escucha la canción una y otra vez, haciendo movimientos y anotaciones de vez en cuando. Está así varios días hasta que la coreografía está completa, entonces reúne al grupo y les baila la coreografía. Durante el proceso si le hablas ni siquiera contesta; a veces se olvida de comer o de irse a casa. Su marido trabaja en el departamento comercial de la empresa, así que siempre que hay que crear una nueva coreografía Haru o Ueda le llaman para avisarle, y él se encarga de que ella siga los horarios. 

Reiji se aleja un poco del espejo y practica algunos movimientos con los brazos y manos.

- Reiji, ahí tienes que subir más el codo- por la puerta entreabierta entra Ran cargando con su bolsa de deporte y exhibiendo su abierta sonrisa.

***


-Bien, bien –contestó Bill con una sonrisa franca-. Un poco cansado porque hace no mucho he llegado del viaje que te comenté. Ya sabes, para contactar con algunas marcas y diseñadores –muchas de las relaciones las mantenía a fuerza de teléfono o internet, pero había otras que eran mejor hacerlo en persona al menos cada cierto tiempo. Diseñadores reconocidos a los que gustaban de un trato directo y personal o nuevos talentos que Bill se moría de ganas por tratarlos y ver un poco la impresión que le daban cara a cara-. Luego, si tienes tiempo, te pasas por el vestuario y te enseño las últimas adquisiciones. Están recientes y calentitas –dio una palma y se frotó las manos, mientras le dirigía una mirada cómplice. Podría haber agregado “si tienes tiempo y si quieres”, pero el “y si quieres” sabía de buena gana que sobraba en Haru.

-La comida bien, como siempre. He desistido con los palillos. Sé que nunca estaré a vuestro nivel –bromeó-. Nada, sabes que para mí es un placer y una gran experiencia poder vestiros -y lo decía con sinceridad-. Bueno… -cogió aire y lo soltó poco a poco-, es posible que me tenga que ir a Osaka unas semanas. Estoy esperando a que me den el visto bueno en la agencia, para poder trabajar fuera. Supongo que sabes que dentro de poco es el Nya!Project y me ha pedido un diseñador que peine y maquille a sus modelos. Así que espero que me digan que sí porque así me deberán un favor –le guiñó un ojo.

-Y tú, ¿qué? ¿Qué tal llevas la última coreografía? Ran me ha enseñado algunos pasos y tela… -hizo un aspaviento con la mano enfatizando la última palabra.

Mientras tanto, Miyu respiraba profundamente. Le gustaba dormir en el suelo y sentir la dureza y horizontalidad corrigiéndole la postura del cuerpo. De hecho, alguna vez había dormido en camas occidentales, pero prefería de todas todas un buen futón.

Bill saludó con un movimiento de mano a Ran cuando ésta llegó y le preguntó si despertaban a Miyu. La mujer negó con la cabeza y sonrió. Sabía la mejor manera de despertarlo. Colocó el mp3 en el equipo de música y puso la canción de la coreografía a un volumen medio.

La reacción de Miyu no tardó en aparecer. Abrió los ojos inmediatamente, miró a su alrededor como para reubicarse y con una sonrisa dulce y perezosa, se estiró por completo en el suelo.

-Holaaa… -saludó amodorrado. Con los brazos y las piernas estiradas, rodó por el suelo como una croquetilla hasta situarse casi al lado de Reiji. Se incorporó y se frotó la tripa. Parecía que había bajado un poco la hinchazón. Ya no se sentía tan lleno como antes.

-Tengo ganas de bailar –anunció y enseguida se puso a hacer los estiramientos pertinentes, que en su caso eran más pasos de baile que otra cosa.

Ran indicó a Bill que se sentase lo más cerca de la cámara que estaba colocando, para que no apareciese en el vídeo. Aunque primero bailarían sin grabar. A ver qué tal se les daba a los chicos.

-¡Ah! –Miyu se acaba de acordar de una cosa. Salió corriendo hacia Bill, se agachó de espaldas a él y le tendió una goma del pelo-. ¿Me sujetas el pelo?

*********

Haru escuchaba a Bill con atención. Le alegraba mucho saber que la fama de Bill iba en aumento, pero le daba pena tener que separarse de él tanto tiempo. El circulo de personas de confianza era muy pequeño y las ausencias se notaban. 
Si Bill hubiese sido de otra manera, aparte de no trabajar para ellos seguramente, Haru se habría encargado de hablar con la agencia para tenerle encadenado a su coche...si hubiese sido de otra manera, pero le adoraba.

- Seguro que no tardarán en darte el visto bueno, no te preocupes. Ojala pudiera escaparme un día, pero creo que va ser imposible...

-Y tú, ¿qué? ¿Qué tal llevas la última coreografía? Ran me ha enseñado algunos pasos y tela… -

- Puff, no me lo recuerdes. Ran quiere acabar conmigo...me ha costado sangre, sudor y lágrimas ajajaja, pero al fin lo he conseguido - 

Haru se levantó y empezó con los estiramientos mientras seguía hablando con Bill sobre los últimos artículos de prensa. No había mentido a Bill, era natural sudar con esas coreografías, la sangre y las lágrimas habían sido producto de un golpe que se dio al practicar en casa...pero esos detalles no tenían importancia.

Cuando llegó Ran se saludaron con una reverencia.

Ran le caía bien, a Haru le gustaba la gente responsable con su trabajo. Lo que ya no le gustaba tanto eran esas ideas tan terroríficas que tenía, se preguntaba de donde sacaba la inspiración para hacer pasos que implicasen que todos los músculos de tu cuerpo gritasen al mismo tiempo.
Se puso junto a Reiji mientras notaba como se iba poniendo nervioso.
* No pasa nada, he tenido que sacrificar una lámpara, pero me lo se.*
Miró como bailaba Miyu *... espero no pegarle un puñetazo sin querer* 
Que Haru pisara al resto del grupo con esos movimientos era lo menos peligroso...* yo no he sido el que ha integrado las patadas voladoras y los puñetazos al aire en el mundo del baile* Lo pensaba más a modo de auto-consuelo que otra cosa, luego disfrutaba viendo el resultado.

El ensayo y la grabación terminaron sin problemas, un par de gritos de Ran a Haru por no levantar lo suficiente las rodillas en el ensayo y nada más, lo de siempre.

Estaba cogiendo las cosas para darse una ducha rápida en los vestuarios. *ah, sí*

- ¡Rei! Tu entrevista es mañana por la tarde, no es hoy, ha habido unos cambios de última hora - Estaba seguro de que Ueda había informado de los cambios a todo el mundo en un correo, pero Haru tenía serias dudas sobre ese método. - Tenemos tiempo de sobra para ir a la localización de la sesión , podemos ir todos en mi coche . No se cuando terminaremos, yo me llevaría todo por si no volvemos aquí.-


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Ha sido un entrenamiento bastante relajado porque no estaba el grupo completo. Mientras se seca el sudor con una toalla mira la grabación con Ran, que le señala un par de cosas que debe corregir para la próxima vez. En un momento del baile se ve a Miyu sonriendo, Bill se ha puesto a hacerles caras graciosas de repente mientras les grababa.

- ¡Rei! Tu entrevista es mañana por la tarde, no es hoy, ha habido unos cambios de última hora – Haru se le acerca con las cosas para ducharse en la mano -. Tenemos tiempo de sobra para ir a la localización de la sesión, podemos ir todos en mi coche. No sé cuando terminaremos, yo me llevaría todo por si no volvemos aquí.

- Genial, entonces me ducho y nos vamos a la sesión.

Bueno, mientras no tenga nada que hacer mañana por la mañana…

Se ducha rápidamente y se viste. Mientras se seca el pelo en el vestuario ve a Miyu salir de la ducha con la toalla. *Jeje, esta es la mía* Justo cuando va a meterse con él aparece Haru. *Mierda ¬¬* Vuelve a encender el secador con cara de derrota. Le encanta molestar a Miyu en el vestuario, se pone rojo más rápido que de costumbre, es súper mono.

Mientras espera a los otros saca el móvil y escribe a Kaze:

“Nos vamos a una sesión de fotos. ¿Qué tal vosotros? Hoy Kaminari casi me mata. Ah, esta noche he quedado con Nana :D”

Kaze conoce a Nana porque estuvo saliendo con una de sus amigas y a veces salían los cuatro juntos. 

Haru y Miyu salen del vestuario y se van al coche de Haru. Cerca está Bill esperándoles ya dentro de su coche.

- Pobre Bill, va solito…